Mechi estaba soñando con escaparse a la playa, así que cuando vio una oferta increíble para viajar a Búzios, no lo dudó ni un segundo.
La compró en el momento, con toda la ilusión y la alegría que trae planear un viaje.
Llegó el día de partir y todo parecía ir perfecto… hasta que aterrizó.
Eran las 2 de la mañana, el transfer no existía y la recepción del hotel recién abría a las 7. Sí, siete horas después.
Ahí empezó la travesía:
Pasó horas esperando en la vereda, con las valijas al lado, muerta de sueño y sin señal en el celular. Una situación eterna para cualquiera que llega cansado y solo quiere descansar.
Pero lo peor todavía no había llegado.
Cuando por fin pudo entrar al hotel, se enteró de que quedaba a casi una hora de la playa.
Después de todo el viaje, el cansancio y la espera… ¿en serio?
En JUPE sabemos que estas cosas te pueden arruinar el viaje.
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