1. Costa Mujeres, México
Costa Mujeres se convirtió en uno de los refugios favoritos para quienes buscan desconectar del ritmo diario sin renunciar a la comodidad. Sus playas amplias y tranquilas invitan a caminar descalzo sobre la arena fina mientras el mar, de un azul suave, acompaña cada paso. Es un destino ideal para familias que quieren combinar descanso con entretenimiento: desde actividades acuáticas hasta tardes de juegos en la playa. Los atardeceres, que tiñen el horizonte de tonos dorados y rosados, se vuelven el escenario perfecto para cerrar cada día con un recuerdo inolvidable.
2. Maragogi, Brasil
En el corazón del nordeste brasileño, Maragogi aparece como una postal viva del Caribe, pero sin salir de Brasil. Viajar en temporada baja es descubrir este paraíso con mayor tranquilidad: aguas cristalinas, piscinas naturales que parecen espejos y una atmósfera cálida que invita a bajar revoluciones. Sus paisajes tropicales proponen un ritmo más pausado, ideal para quienes buscan renovar energía, conectarse con la naturaleza y disfrutar del sol sin multitudes. Cada visita a sus “galés” es una oportunidad de asombrarse de nuevo.
3. Purmamarca, Argentina
Purmamarca es un viaje al corazón cultural y natural del norte argentino. A los pies del imponente Cerro de los Siete Colores, el pueblo invita a vivir una experiencia auténtica entre tradiciones, sabores y música. Caminar por sus calles de tierra es encontrarse con artesanías locales, aromas de comida típica recién hecha y la calidez de su gente. Al caer la noche, las peñas se llenan de ritmo y folklore, convirtiendo cada jornada en un encuentro único con la esencia del país. Un destino perfecto para quienes buscan naturaleza, historia y vivencias que perduran.



